Blog de cocreanet

artículo propios de vivencias y conceptos sobre innovación de interés para empresas y emprendedores.

Construyendo tu propuesta de valor con mariposas

¿Te suena? ¿Te acuerdas qué te pasa por dentro cuando te sientes él/la elegido? Así es exactamente como se sienten las pequeñas empresas, las microempresas, lo autónomos y los emprendedores recientes cuando un cliente contacta con ellos y les ofrece señales que se pueden interpretar como: “tú eres el elegido”.

Seguro que no ha pasado tanto tiempo como para haberte olvidado de ello: estás en el instituto, cursas 2º de BUP (ahora se llama de otro modo pero los de mi generación nos entendemos mejor así), entras en clase por la mañana y no puedes evitar buscarle (a él/ a ella) con la mirada y allí está, radiante, hablando con unos y con otros, te mira y te sonríe y tú te deshaces de la emoción. ¿Te suena? ¿Te acuerdas qué te pasa por dentro cuando te sientes él/la elegido?

construyendo tu propuesta de valor con mariposas

Banco de imágenes de Creative Commons, autor whologwhy

Así es exactamente como se sienten las pequeñas empresas, las microempresas, lo autónomos y los emprendedores recientes cuando un cliente contacta con ellos y les ofrece señales que se pueden interpretar como: “tú eres el elegido”. ¿Qué tecla mágica tocar para conseguir que esta sensación aparezca una y otra vez?

Hay tres claves que determinan que te escojan:
1. Ofreces una solución a un problema con el que justamente tu cliente está lidiando en este momento. O tienes la respuesta a una necesidad. Llegas en el momento justo.
2. De entre todas las soluciones o respuestas que ha encontrado, la tuya le resulta especialmente adecuada. Tienes algo que te diferencia y que ha encendido en tu cliente la “chispa”.
3. Resultas accesible para tu cliente. La accesibilidad no se mide sólo en términos económicos (que también) sino en términos de oportunidad: tu cliente te ha llegado a conocer porque apareces en el sitio adecuado, de la manera adecuada y entiende que estás en su órbita.

 

No es casual sino causal. Por tanto, generemos las ocasiones.
En primer lugar, tendrás que conocer muy bien a tu cliente objetivo. Tendrás que saber por dónde se mueve, con quién se mueve, cómo se mueve. La finalidad es coincidir en el espacio y en el tiempo. Por otro lado, no es nada nuevo para ti, sólo tienes que pensar cómo te las ingeniabas para hacerte el encontradizo en los pasillos del instituto, en la cafetería y hasta por la calle.

Por supuesto, a estas alturas, y volviendo a tu cliente, ya habrás preparado el encuentro. Le conoces tan bien que sabes exactamente lo que necesita, lo que está buscando, y no tienes ninguna duda de que tú puedes ofrecérselo. Elabora tu respuesta pensando en él. No importa lo que haces, ni siquiera cómo lo haces, ya tendrás tiempo después de explicarlo; lo que realmente importa es que tú tienes algo que él necesita/desea, ¡demuéstralo!

¿Te has parado a pensar que en este universo hay otros/otras que también tienen lo que tu cliente necesita? Claro que lo has pensado, y seguramente por ese empeño de tu autoestima de sabotearte justo cuando más la necesitas es por lo que llegado el momento, frente a frente con él, no te has atrevido a mostrar que, efectivamente, habrá otros, pero nadie como tú. Hay algo, siempre lo hay, que te hace único y diferente. Atrévete a comunicar la diferencia, ese será tu KO definitivo.

Una propuesta de valor es precisamente el compendio de estas tres claves: es la respuesta a una necesidad o la solución a un problema; preparada pensando en tu cliente objetivo, en términos de beneficios y ventajas para él; elaborada desde la perspectiva de aquellas características que la hacen diferente a todas las demás.

En aquellos maravillosos años estudiantiles ocurrió algo muy parecido: pusiste el foco en tu objetivo, averiguaste cómo llegar a él/ella, te pusiste tu mejor vaquero y saliste a su encuentro. ¿Te has preguntado alguna vez por qué te eligió a ti entre tanta gente? Sólo hay una respuesta: tienes algo especial, y eso que te hace diferente al resto es precisamente lo que él/ella hizo que se fijase en ti. Entonces no tuviste ningún reparo en mostrarlo, en mostrarte, ¿por qué habrías de tenerlo ahora?

También te puede interesar…

La revolucion de las empresas construyendo valor Me conviene emprender bajo el modelo de franquicia Como identificar de forma sencilla donde esta la competencia y trazar una estrategia de posicionamiento
Construyendo valor ¿Me conviene una franquicia? Donde está la competencia

Marina Fernandez Arroyo

Escrito por Marina Fernandez Arroyo

Desde siempre aspiré a hacer de este un mundo mejor, más justo, más igualitario. Desde COCREANET, la empresa de la que soy socia y fundadora, aterrizo mi propósito en proyectos de innovación, empresarial, social y, ahora también, rural. Un compromiso con las personas y con la sociedad.

0 comentarios

Enviar un comentario

Suscríbete a nuestro Blog

Si te interesan nuestras historias, suscríbete para recibirlas semanalmente en tu correo

categorias

¿Te hemos ayudado?

Si no te hemos ayudado lo suficiente o tienes un problema con esta temática, contactarnos sin compromiso.