Siempre se le explica que la omnicanalidad no solo era vender, si no tener una relación con el cliente por cualquier canal, desde el teléfono, redes sociales, ecommerce o en la propia tienda física.
Recientemente, tratando con un cliente emprendedor nos comentó que quería vender sus productos en físico y ayudar por internet, que le habían dicho que esto es la omnicanalidad y que funcionaba muy bien.
Siempre, aplicando la crítica constructiva se le explicó que la omnicanalidad no solo era vender, si no tener una relación con el cliente por cualquier canal, desde el teléfono, redes sociales, ecommerce o en la propia tienda física. En casos como el suyo, no es dar respuesta a posibles canales, sino definir una estrategia de comunicación generando diálogo, promoción e incluso ventas por internet, manteniendo los criterios claros y las operaciones en las que se basan preparadas para dar una respuesta excelente a sus clientes.
Al principio, el cliente no lo entendía muy bien, pero las explicaciones posteriores consiguieron explicar el concepto. No se debe solo ir vendiendo por canales, si no que se pueden utilizar los canales de forma conjunta, colaborando y proporcionando información de valor al cliente, ayudándole en las dudas o preguntas que le puedan surgir por cualquier canal, dándole y respondiéndole de tal manera que se superen sus expectativas al comprar su producto.
Esto no solo consiste en tener la promoción y canales de venta unificado (que por supuesto que sí), sino también, tener una política de productos coherente y los precios definidos independientemente del canal. En este caso, cuando se define desde un principio, además la posibilidad de tener franquiciados, no deben tener estos la sensación que el canal online o telefónico es un competidor, sino un catalizador para conseguir más negocio gracias a la promoción y comunicación de estos canales.
También, hablando con otro cliente, mucho más consolidado y siendo ya más ME que PY, la posibilidad de vender y abrirse a más canales no supone un cambio, sino que es la posibilidad de replantearse muchas operaciones y conseguir adaptar su organización en una estructura eficiente y omnicanal. Por lo tanto, a los ya establecidos, no os conforméis en presentar una propuesta nueva en internet, si no transformar a la organización (y por supuesto a las personas que lo integran) en una empresa ágil y capaz de dar respuesta a vuestro cliente, donde y como quiera que él lo necesite.
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