Blog de cocreanet

artículo propios de vivencias y conceptos sobre innovación de interés para empresas y emprendedores.

El futuro del trabajo: innovación organizacional

Si todo cambia no podían ser menos los aspectos organizacionales.

El trabajo y la manera en que las personas nos relacionamos con él está sufriendo una profunda transformación. Entender lo que está ocurriendo es una de las claves, al hablar de innovación, para la supervivencia de las empresas.

innovación futuro en el trabajo

Foto: banco de imágenes de Pexels, by Eli Sommer

Tenemos una muy buena amiga que es responsable de personas en una importante organización del sector tecnológico (abrazo enorme que sabemos que nos está leyendo y, aunque no vamos a dar más datos, ella sabe muy bien a quién nos referimos). Hace tiempo que nos venía hablando de la dificultad para encontrar talento pero ya desde el COVID la cosa se ha agravado mucho más. Tanto es así, que ella ya se ha puesto manos a la obra para buscar nuevas formas innovadoras de captar y retener el talento.

Una de estas innovaciones consiste en deslocalizar el puesto de trabajo y hacerlo en un entorno que aporta un valor añadido a muchas personas: el mundo rural. El proyecto que tenemos en ciernes con ella consiste en captar y formar a jóvenes del entorno rural, sin necesidad de moverlos de sus lugares de origen si ellos/as no quieren, como “cantera” para empresas del mismo sector – lo de que sea del mismo sector es porque la formación sea transversal -. Prometemos contar en el blog los resultados del proyecto cuando los tengamos.

La propuesta aprovecha varias de las tendencias que impactan en la sociedad actual:
• La búsqueda de las personas hacia una mayor autonomía y control sobre su tiempo y su futuro. Asimismo, la necesidad de conciliar intereses personales y profesionales.
• La tecnología y su capacidad para habilitar el trabajo en remoto y deslocalizado sin perder calidad o eficiencia.
• La vuelta hacia un modelo de vida más sostenible y respetuoso también con el medioambiente. Además, la mirada hacia el entorno rural como ese espacio más acorde a esa sostenibilidad.

Coincidimos en entender el desafío que supone para las empresas este modelo deslocalizado. La comunicación, la trasmisión cultural, la gestión de equipos, la organización de los horarios versus los objetivos o resultados… son elementos complejos para quienes se dedican a las personas dentro de la organización, qué duda cabe. Sin embargo, ya no es que merezca la pena intentarlo, es que de no ser así hay empresas que ven amenazado su propio futuro.

En este marco de flexibilidad, podemos entender que la organización no se divida de forma dicotómica entre trabajadores online y trabajadores presenciales, sino que coexistan diferentes formatos incluso en la misma persona en función de sus propios intereses. Por ejemplo, el trabajo remoto puede ser una alternativa para determinadas épocas de la vida, dando respuesta a necesidades personales de conciliación – o por el mero hecho de que apetezca -. Además, no hay por qué entender el trabajo remoto como el trabajo desde casa, sino que pueden surgir modelos intermedios como los espacios de trabajo compartidos (coworking, oficinas deslocalizadas, etc.). Este formato, llevado al extremo, puede ser una especie de trabajo en movilidad permanente, haciendo realidad una nueva manera de “nomadismo digital”.

Para los nuevos trabajadores, este modelo puede resultar muy enriquecedor, y una oportunidad para personas que no quieren o no pueden dejar su lugar de origen y mudarse a cientos de kilómetros de distancia de él. No queremos caer tampoco en la falacia de las soluciones mágicas: sabemos que esto no es para todo el mundo, ni para todos los sectores, ni para todas las empresas. Pero sentimos que estamos más cerca de una nueva generación de trabajadores que ha trascendido la “España de las piscinas”, que valora cada vez más el propósito y el impacto social, y que desde luego busca un equilibrio entre el trabajo y su vida personal.

Para los lugares que acogen a estos trabajadores deslocalizados, es también una oportunidad no sólo en términos demográficos, sino para generar riqueza económica y oportunidades de revitalización. Por ejemplo, para diversificar el contexto productivo y encontrar nuevas oportunidades, para fomentar el emprendimiento local, para promover el comercio, el turismo, la hostelería, y para mejorar sus propias infraestructuras (energía, conectividad, vivienda, servicios).

Empresas como la de nuestra amiga y otras que se han sumado al proyecto – estamos seguros de que serán muchas más en cuanto vean las ventajas -, tienen la oportunidad de resolver un problema que les está acuciando (el de la captación y retención del talento) y, al mismo tiempo, generar un impacto positivo en la comunidad y en la sociedad. Un papel que no tiene por qué quedarse en lo pasivo (como facilitadoras del teletrabajo), sino que puede ser muy activo. Se puede anticipar con acierto cómo las empresas pueden colaborar con las comunidades locales, participando en programas de desarrollo que vayan más allá de posibilitar la estancia de los trabajadores remotos. O estableciendo alianzas con la propia industria y entorno empresarial local, entretejiendo sus cadenas de valor para aprovechar la cercanía.

Por último, para las empresas que deslocalicen de esta forma a los trabajadores/as que lo deseen, puede suponer una importante ventaja competitiva; tanto por el hecho de acceder al talento (cuantitativa y cualitativamente), como por beneficiarse de nuevas alianzas que pueden suponer ahorros de costes o nuevas oportunidades de negocio.

Lo dicho, este post continuará…

 

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Marina Fernandez Arroyo

Escrito por Marina Fernandez Arroyo

Desde siempre aspiré a hacer de este un mundo mejor, más justo, más igualitario. Desde COCREANET, la empresa de la que soy socia y fundadora, aterrizo mi propósito en proyectos de innovación, empresarial, social y, ahora también, rural. Un compromiso con las personas y con la sociedad.

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