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artículo propios de vivencias y conceptos sobre innovación de interés para empresas y emprendedores.

Innova con la mentalidad de un campesino

Si hay algo necesario para pensar en sostenibilidad es tomar la mentalidad de un campesino. Se puede innovar, crear y explotar “acariciando” nuestros recursos para que, una y otra vez, un año tras otro, se pueda volver a obtener un beneficio sostenible.

Si hay algo que me ha marcado en los últimos días ha sido conocer y escuchar en vivo a Jaime Izquierdo en la presentación de su último y recomendable libro “De función pública”. Esperaba encontrar otra forma de afrontar un reto como la despoblación de una manera diferente, pero encontré eso y mucho más. Teníamos conocidos en común que me recomendaron su lectura, pero, además, hizo gala de un conocimiento y pensamiento que confirmó la prescripción, ya que va mucho más allá de su punto de vista sobre este reto. Fue una auténtica lección de cómo ver el mundo con otros ojos, identificando nuevas ideas basadas en consecuencias inequívocas a la situación que vivimos en la actualidad.

Innova campesino

Fuente Foto: de Pexels, by Pan naturaleza campo y sol de Danny Cube

Uno de los temas que más me impactó fue su forma de explicar cómo el cambio climático no sólo es una consecuencia de usar energías fósiles, sino es otra señal más de abandonar la mentalidad del campesino y su relación con el entorno. En este punto, intentaré profundizar desde mi humilde punto de vista y pondré foco en los objetivos asumidos cuando se desarrolla cualquier proceso innovador en todo tipo de organizaciones.

Los campesinos necesitan el entorno, y el entorno, a los campesinos

Ya hemos mencionado alguna vez como estrategias y planteamientos como https://www.cocreanet.es/estrategia-lean-startup-entornos-rurales/ de forma habitual. En esta forma de comportarse, los campesinos no llegaban jamás a dañar su entorno porque la apuesta era controlada y no ponían en peligro la subsistencia de sus familiares. Era una forma diferente de afrontar y respetar, aplicando la imaginación, el conocimiento generado durante muchas generaciones previas y con las reglas del respeto al entorno. Simplemente se buscaba generar otras formas de conseguir beneficios que fueran positivos para el entorno en todos los sentidos.

De esta forma, la innovación planteada no dejaba atrás daños. No hería a la tierra ni buscaba una sobreexplotación de los recursos; simplemente pretendía relacionarse de forma sostenible con el entorno haciendo más felices a los habitantes del entorno. Este tipo de pensamiento es fundamental para desarrollar cualquier propuesta innovadora a cualquier organización en la actualidad. No consiste en obtener el máximo beneficio de cualquier forma, sino que dicho cambio y la resolución de retos empresariales consiga ser mantenible en el tiempo a nivel económico, medioambiental y social.

No consiste en “arañar” el entorno, sino en “acariciarlo” de otra forma

Siempre hemos dicho y hemos escuchado una cita que me encanta “Cuando algo funciona, ¡cópialo!”. En procesos de innovación de cualquier organización buscan basarse en criterios una y mil veces repetidos; se busca desarrollar propuestas de solución sostenible. Ante esta situación y con el conocimiento acumulado de tantas generaciones anteriores, no hay mejor ejemplo que la economía circular y la gestión de los residuos que durante tantos años ha funcionado en entornos campesinos. No se puede olvidar que el trato y la gestión de dicho entorno repercute directamente en el espacio físico y temporal donde habitamos, por lo que aplicando nuestra responsabilidad como seres humanos, nadie debería dudar de que no se deben generar dinámicas nocivas que afecten al entorno.

La economía campesina ha sido construida, basada en el conocimiento validado durante más de 6000 años en el todo el mundo. No hay ningún motivo para pensar que dichos aprendizajes deban cambiar, aunque nos intenten crear nuevas opiniones desde medios de comunicación que nos guían con sus cantos de sirena. Sólo la innovación y los criterios que nos pongamos como sociedad serán capaces de poder abordar el futuro con seguridad, ya que otros modelos o criterios nos dirigen como se ha producido en los últimos años a un desastre de proporciones aún no calibradas.

Dejemos de pensar como extraños y pensemos como los responsables de nuestro entorno al innovar. No todo vale para buscar soluciones nuevas o que generen un impacto económico positivo. Se debe poder mantener y generar beneficios sociales y al menos, que el impacto medioambiental sea el mínimo posible y que podamos compensar nuestra forma de afrontar nuestras vidas.

“No nos hacemos sabios por el recuerdo de nuestro pasado, sino por la responsabilidad de nuestro futuro”  George Bernard Shaw

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Santiago Cantalapiedra Alcoceba

Escrito por Santiago Cantalapiedra Alcoceba

Fundador Cocreanet. Mesetario errante de cepas viejas. Curioso por naturaleza. Aplico innovación en entornos empresariales y sociales, con especial foco en estrategia, tecnología y comercialización. Doy puntos de vista diferentes ante retos complejos.

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