“Gestión del compromiso” que esconde un concepto que ronda mi cabeza desde hace muchos años, aun sin saber que se denominaba de esta forma tan preciosa.
Descubría hace tiempo, en una sensacional conferencia impartida por Asun Soriano y Cuqui Cabanas para la edición de 2015 de Salón Mi Empresa, en Madrid, y titulada “Trending topics de la comunicación interna”, una expresión “Gestión del compromiso” que escondía un concepto que rondaba mi cabeza desde hacía muchos años, aun sin saber que se denominaba de esta forma tan preciosa.
“Compromiso” es una palabra que me gusta especialmente, creo que ya lo he mencionado en algún post anterior, porque representa el valor de formar parte de algo y de estar dispuesto o dispuesta a defenderlo, a representarlo, a luchar por ello. Nos comprometemos con las personas, con las organizaciones, con las ideas, con las causas,… Y, una vez comprometidos, el esfuerzo del trabajo, el sacrificio, resulta menos gravoso, nos reporta incluso alegría.
En el contexto de que se trata, el compromiso resulta del trabajador hacia la organización empresarial, pero también al revés. Porque si hay algo que suele requerir el compromiso eso es reciprocidad, lo contrario es una suerte de sectarismo, una ilusión que antes o después termina por esfumarse. Las personas no podemos escapar de nuestro espíritu crítico.
Visto así, el compromiso es una forma de establecer relaciones y mantenerlas en el tiempo. Y gestionar el compromiso sería algo así como gestionar la relación. ¿Puede un buen plan de comunicación interna ser un instrumento para la gestión del compromiso dentro de la organización? De hecho es una herramienta al servicio de, pero creo que no puede soportar por sí solo el peso de ello. Es más, pienso que la comunicación interna, que se demuestra absolutamente necesaria para trabajar la gestión de las personas dentro de la empresa, sólo puede servir a unos principios de gestión que ya están dentro de la organización, es un vehículo para dar a conocer y expandir esos principios, ni más ni menos.
La comunicación interna sirve al objetivo cuando es coherente con esos principios de gestión y cuando esa misma coherencia se respira en todas y cada una de las decisiones que afectan a la organización. Respeto mutuo, transparencia, equidad, lealtad, confianza, esos son los principios sobre los que se pueden cimentar las relaciones entre las personas que forman parte de la organización, y entre éstas y la propia organización como entidad cargada de sentido en sí misma. Si estos principios fallan, falla la relación, y no habrá plan de comunicación interna, por buenas intenciones que tenga, capaz de levantarlo.
Las personas, cuando nos adherimos voluntariamente a otras mediante el compromiso, nos sentimos alentadas a trabajar por ellas, a ceder parte de nuestra propia comodidad por procurar el bienestar del otro. Del mismo modo, si podemos desarrollar este tipo de relación dentro del entorno laboral, para con los compañeros, los jefes, los colaboradores, y para con la propia empresa, procederemos con el mismo desprendimiento y alegría. Qué duda cabe que las organizaciones, así gestionadas, son capaces de retener a los mejores y son mucho más productivas.
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Desde siempre aspiré a hacer de este un mundo mejor, más justo, más igualitario. Desde COCREANET, la empresa de la que soy socia y fundadora, aterrizo mi propósito en proyectos de innovación, empresarial, social y, ahora también, rural. Un compromiso con las personas y con la sociedad.
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