Blog de cocreanet

artículo propios de vivencias y conceptos sobre innovación de interés para empresas y emprendedores.

Usos y abusos de la Administración

Las micropymes y autónomos tenemos a veces la sensación de que la Administración, lejos de ayudarnos, viene a por nosotros. ¿Se darán cuenta algún día de lo que significa un autoempleo?

No me gusta utilizar este blog como altavoz de quejas y lamentos, mucho menos si son propias. Me gusta menos aún dar a entender que tengo algo contra la Administración: los que me conocen saben que 1) conozco bastante bien la Administración porque he trabajado ahí; 2) creo que en el servicio público y en el buen hacer, con carácter general, de los servidores públicos; 3) defiendo y defenderé la necesidad de los servicios públicos para garantizar los derechos de la ciudadanía y para equilibrar la desigualdad de oportunidades.

autónomos ignorados

Banco de imágenes de Pexels, by Khoa Võ

Dicho esto. Existen una serie de prácticas por parte de la Administración que perjudican seriamente a algunos de sus administrados, en este caso a pequeñas empresas y autónomos como nosotros. Y voy a explicarme.

Hace más de 4 meses que mi empresa espera que Hacienda nos devuelva una importante cantidad de dinero que fue recaudada previamente y que, después de regularse, ha resultado positiva a nuestro favor. Cuatro meses es una eternidad para un empresario pequeño, muy pequeño, tanto que puede suponer la diferencia entre la supervivencia de la caja o la muerte por inanición. No es justo ni razonable que los procedimientos recaudatorios sigan reglas distintas según toque ingresar o devolver. Cada día que yo me retrase en pagar según dichos procedimientos se me grava con un porcentaje de intereses más la correspondiente multa por incumplir plazos. No ocurre igual cuando es al revés. A pesar del perjuicio que pueda causarme. No es extraño que algunos piensen que este tipo de prácticas tenga más de incautación que de recaudación.

De nuevo con la vista puesta en los procedimientos administrativos, nunca pude beneficiarme de la llamada “tarifa plana” de los autónomos (cuota fija bonificada al Régimen Especial de Autónomos de la Seguridad Social), puesto que era autónoma societaria. Tiempo después algún valiente reclamó y logró que se reconociera su derecho, pero ya era demasiado tarde para mí. No actúa de oficio la Administración cuando se trata de reconocer derechos que llevan aparejada una devolución económica. Pero sí actuó de oficio este pasado enero cuando nos revisaron la cuota a los autónomos, naturalmente al alza (a la baja se consideran aportaciones voluntarias), no vaya a ser que luego nos escapemos.

En otro orden de cosas, ciertas empresas que hoy se llaman privadas pero que crecieron porque un día fueron públicas, que se han servido de todos porque han formado parte de las estructuras del Estado, están hoy compitiendo con pymes y micro pymes en procesos de licitación. Es absurdo intentar desgranar aquí todas las ventajas que pueden aportar frente a cualquiera de nosotros. No es posible competir. Ellas encuentran un acomodo en los pliegos que nosotros nunca jamás podremos encontrar. Los principios de igualdad, mérito y capacidad que me enseñaron se quiebran por todas partes en la práctica. Simplemente el esfuerzo que a cualquiera de nosotros nos supone preparar una licitación de estas características no tiene parangón.

COCREANET se presentó a un pliego hace algunos meses para desarrollar un servicio que ya había prestado en el pasado (también pliego mediante, pero en aquella ocasión – hace unos cuantos años – debió de no resultarle interesante a la empresa ex pública con la que competimos esta última vez). Nos ganaron no por puntuación técnica (razonable, si tenemos en cuenta que habíamos desarrollado nosotros mismos todos los procesos que ahora exigían en la licitación) sino porque su oferta a la baja era imposible de igualar: ya sabemos que los pobres consultores junior empiezan con poco más que el salario mínimo. Desde entonces, no hay procedimiento de contratación en este ámbito (aceleración y asesoramiento a startups) en el que no entren: no hace falta decir que arrasan ganando. Es como si la mismísima selección española de fútbol (a la que pagamos todos) se privatizase mañana y entrara en una liga de equipos de barrio: los aplastaría sin remedio.

En la misma línea, hace también algunos meses que esperamos respuesta de otra Administración (autonómica, en este caso) que utilizó alegremente nuestro nombre de marca sin nuestro permiso. Nuestro asesor en estos temas nos dice que tenemos todas las de ganar si les denunciamos ya que la marca es de nuestra propiedad pero claro, de momento hay que adelantar un dinero que no tenemos (mucho menos después de la deuda que la propia Administración tiene con nosotros y no nos paga). Esto ya directamente es un abuso, como cuando el matón de la clase le quita el bocadillo al niño más pequeño.

Hasta aquí. Me perdonen los lectores este desahogo. Prometo volver a hablar de innovación la semana que viene.

 

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Marina Fernandez Arroyo

Escrito por Marina Fernandez Arroyo

Desde siempre aspiré a hacer de este un mundo mejor, más justo, más igualitario. Desde COCREANET, la empresa de la que soy socia y fundadora, aterrizo mi propósito en proyectos de innovación, empresarial, social y, ahora también, rural. Un compromiso con las personas y con la sociedad.

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